LOS BENEFICIOS DE LAS REDES SOCIALES

Por: Jose María Bonilla Sinibaldi

Director Creativo de RCR Entertainment, España.

Hace más de 2,300 años, Aristóteles nos definía como animales sociales («zoon politikon») que desarrollamos nuestros fines en el seno de una comunidad. 

Si a esta última frase, le agregáramos “virtual”, podría haber sido dicha la semana pasada por algunos de los grandes gurús de las redes sociales (facebook, myspace, twitter, cyworld, xing, etc).   Y es que el internet, la tecnología y la ciencia no han venido a cambiar la naturaleza del hombre, como muchos retractores piensan, sino que han venido a fortalecer y ofrecer nuevas formas de interactuar con nuestros semejantes.

Comúnmente los que definen a la televisión con el injusto calificativo de “caja tonta” son los mismos que han visto a las redes sociales como claros enemigos de las relaciones humanas y sinónimos del aislamiento social. Pero, como ya lo dice el viejo proverbio chino “Cuando el filósofo señala la luna, el tonto se fija en el dedo”. La publicidad, astuta por naturaleza, ha sabido ver la luna, la galaxia y el universo delante y ha encontrado en este fenómeno social una verdadera piedra filosofal.

A mediados de los noventas el tener una página web era un lujo reservado a pocos. Una década después pasó a ser un artículo de primera necesidad. Pero actualmente encontrar un sitio web en los más de 182 millones que existen, se ha vuelto más difícil que encontrar un píxel en un pajar virtual. Hoy, una simple búsqueda online puede ofrecernos millones de resultados. 

¿No sería ideal tener filtros de búsqueda más potentes, que casi nos “leyeran el pensamiento” y nos ofrecieran lo que más se ajuste a nuestras necesidades?

La respuesta es SI, pero, la última vez que revisé, la magia todavía no se ha inventado. Así que la única manera de que el Internet nos “ayude” y sea más eficiente es si antes lo ayudamos nosotros a él y qué mejor que ingresando a una red social. Debemos dejar a un lado los prejuicios y malentendidos que las redes sociales son “entes gubernamentales dispuestas a robarnos nuestros sueños y convertirnos en autómatas de un poder autoritario” y empezar a disfrutar de la experiencia virtual, siempre con el respeto y cuidado necesario, ya que el verdadero potencial de una red social… ¡Sólo se descubre siendo parte de una!

Esta realidad a la que el usuario se enfrenta, lejos de ser un catastrófico futuro cercano, son las mejores noticias que puede recibir, ya que la interactividad ha permitido que el anunciante finalmente deje de jugar a la “gallinita ciega” con el público y pueda dirigirse únicamente al espectador interesado en su producto. 

Recuerdo cuando mi papá me decía “el teléfono es para acortar distancias, no para alargar llamadas”. Ahora tendré que actualizar esa frase para mis hijos y seguramente les diré: “el teléfono es para buscar contáctos, enviar sms y correos electrónicos, tomar fotografías y vídeo, actualizar tu perfil, leer noticias, ver la última serie online… pero no es para llamar a tus amigos”. Y es que gracias a las redes sociales, uno puede finalmente exprimir al máximo todas las capacidades de estos pequeños dispositivos electrónicos.

Pero, por mucho que cambie nuestra tecnología, nosotros seguimos siendo los mismos, no por nada las tres “P” más buscadas en el internet seguirán siendo: PILLS, PORNO y POKER (medicina, porno y entretenimiento). Agradezco que sólo sean 3, porque seguramente la cuarta sería “Paris Hilton” (aunque claro, entraría en conflicto con la segunda P)

Respecto a la última P (El Entretenimiento) una de las últimas novedades en este mundo siempre cambiante de las redes sociales es el nacimiento de los ARGs (alternate reality game). Una especie de “juegos de pistas” multi-media que narran una historia interactiva usando el mundo real como plataforma. Lo más interesante de este nuevo género es que el espectador ha dejado finalmente de ser un ente pasivo para converirse en un “participante activo” de la misma historia. Son muchos los ARGs exitosos que han surgido; desde historias complementarias a series de televisión, promoción del último videojuego, hasta, por supuesto, la presentación de un nuevo producto en el mercado. 

Aunque ahora los ARGs sean poco conocidos (más por su definición y filosofía que por su capacidad de seducir al espectador) estoy seguro que tarde o temprano todos habremos participado en alguno de ellos (voluntaria o involuntariamente)… y es que este mundo virtual siempre cambiante no deja de sorprendernos.